11.10.11

Once upon a time

Me dijeron cuando escribí el siguiente texto para los voluntarios, sobre la fiesta que damos mañana en el Hogar, que me parecía escribiendo a Gloria Fuertes. También me dijeron que cuidara mi sonrisa. Así que cumpliendo órdenes de "los jefes" escribo este post (insistiendo en mi personal empresa de achicar el agua para que no se me hunda el barco) Lejos de querer pretender que tengo la mitad de gracia o magia que Gloria Fuertes o mi querida Ana María Matute os dejo estos cuatro rayos de sol que se han colado en mi cuarto esta semana (nota mental: compartir siempre, siempre lo bueno, y de cuando en cuando, lo menos bueno)

"Repartiremos achuchones por doquier, besos a granel, serviremos medias sonrisas, sortearemos sonrisas enteras y regalaremos carcajadas para llevar. 

Traeros los taper con comida vegana para repartir y algo de cariño, que os los llevaréis llenos de amor. Poneos vuestras mejores alpargatas y aunque no sea bisiesto ducharos si queréis que los cerdos compartan charca con vosotros. Preparad una cesta con hojas suculentas para sentaros a la mesa con nuestras cabras y ovejas. Escondeos detrás de las orejas granitos de maíz y dejad que os picoteen nuestras aves. Derramad de los bolsillos deliciosas galletas para que los perros os sigan a todas partes y preparaos para el concierto de ronroneos que os espera con nuestros AristoGatos. 

Para todas las Pilares, que sabemos que es vuestro día, veníos a celebrarlo al Santuario y bautizaremos lagartijas con vuestro nombre! Cazaremos nubes con lazo, habrá concurso de pompas de jabón gigantes y nos pintaremos el alma con pinturas de color! 

No hay excusas, no hay pereza, no hay más remedio que pasarlo genial con nosotros en nuestra fiesta de Bienvenida a la 
Juli y ya empezar el otoño con una sonrisa, como hay que empezar las nuevas etapas."


Siempre he pensado que escribir para niños es más difícil que para los adultos pues los primeros son mucho más exigentes y mantener la intriga y la ilusión es este caso es caminar sobre la cuerda floja, un sólo paso en falso y... zas! pierdes un joven lector (quién sabe hasta cuando) Desde luego no es algo que quiera intentar en esta etapa de mi vida donde soy la princesa que ha aprendido artes marciales para cargarse a hachazos al dragón del cinismo de su vida, y no es menester que la princesa de las alas rotas escriba cuentos con finales felices a los niños. Aunque... ¿habrían de ser siempre así?

 ¿Es bueno seguir vendiéndoles a los niños que el bien siempre triunfa sobre el mal? Porque en la vida real desde luego que no es así: aviso de spoilers a los padres. Si hay algún menor leyendo el post que lo deje ahora.  ¿Fantasía para hoy, hambre para mañana?  Porque una vez roto el hechizo así nos quedamos todos, hambrientos de creer, de confiar. 

¿Sería recomendable que las niñas fueran besando ranas por doquier a ver si el principe se les aparece? Cuando luego igual a la niña le gusta la princesa y enarbolan juntas banderas de amor y de orgullo. 

¿Seguimos terminando entonces los cuentos con el "Y fueron felices y comieron perdices"? Después de que las compremos en el supermercado abiertas en canal por el carnicero que no les dio muerte decente ni llegaron a conocer vida digna, sí, ahí, haciéndome cargo de la dignidad de todas las perdices del mundo, a lo Ghandi.

El Ratoncito Pérez, los Gamusinos, Los Reyes Magos, Papá Noel, Nessie, Drácula y ya puestos Jesucristo, que si no lo digo no me quedo a gusto. Todo personajes de ficción. Todo mentiras. Pero ¿por qué? Supongo que es porque no tiene precio ver la sonrisa de un niño al subirse al sofá con el parche en el ojo y el pañuelo anudado gritando "¡Al abordaaaaje!".
Como supongo que así debí pensar yo cuando le escribí a mi hermana esto, por motivos que no contaré aquí, hace dos años:  "Así que espero que no entres nunca en el grupo de los never-believers y les contagies a tus hijos-y ya puestos a los míos- la ilusión de avanzar de casillas con el coche o el sombrero, ¡¡la mano al rojo y el pie al azul!! ; les cuentes la prisa que se tienen que dar al sonar las doce o donde está la entrada secreta de la biblioteca al coger un libro; les enseñes a seguir el camino de baldosas amarillas y que con sólo un poco de polvo de hadas y un pensamiento alegre pueden llegar a volar. 
Así que ahora me despido, me voy a buscar a Tinkerbell que seguro sigue volando por las chimeneas de London, para decirle que ya estoy lista,que mi pensamiento alegre eres tú".  

Supongo que quedarme a leer en la rama del árbol será lo más sensato hasta que llegue el Sombrerero a rescatarme con el gato de Cheeshire al hombro, sí, ese que es todo sonrisas. Pues eso. 


Foto tomada por David Rodriguez EHL en uno de los Cuentacuentos antiespecistas que organiza mi asociación 







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