7.10.11

Los mensajes que escribes para las botellas que no mandas

Porque ya no existe el nosotros que habitaba en la intimidad y en su lugar estamos tú, yo y el silencio que he impuesto para que no se corrompa el desamor con palabras mal dichas. - Porque jamás llegará la gramática a donde llegamos entonces con los ojos-.  Y aunque me prometí borracha de ira que no volvería nunca a escribirte no estoy rompiendo mi promesa ya que este post no es para ti ni para el nosotros ido. Es para mí, para demostrarme que soy capaz darle forma, torpe y primitiva a este agudo cinismo que te sustituye cada vez que te vas. 

Cuando un amigo mío se rompió el brazo y se hirió severamente un nervio tuvo que aprender a hacer lo que en la infancia, a través de la imitación y casi por intuición aprendemos:  mover los dedos, agarrar las cosas... lo que más curioso me pareció fue que una caricia no la sentía pero si le pinchabas con algo sí. Se puede decir que cuando has sufrido sientes demasiadas veces los duermevelas, los planes interrumpidos, los mensajes que borras y los besos que al sentirse inútiles se suicidan desde el borde de los labios. Pero ya no puedes sentir las sonrisas, las miradas cómplices, los abuelos de la mano en el parque ni los atardeceres de Noviembre. 


Ahora tengo que esforzarme en fabricar ilusiones, plantar nuevos narcisos, pintarme los labios y de paso las sonrisas, guardar melancolías en el cajón de la ropa de verano, desempolvar frases hechas para la vida en sociedad, recordar nombres y caras, comprar sueños envasados al vacío y pastillas para no pensar. 


Me dijo una gran amiga hoy "no vale la pena mantener algo vivo si lo tienes que mantener a base de lágrimas" sin embargo creo que es la forma de que no te asusten los fantasmas del pasado, invitándoles tu primero a que se queden una temporada a tu lado y alargando el inexorable momento en que sabes que aunque no quieras... tienes que dejar ir.
 Aunque mientras llegue seguiré jugando a ser Penélope y, tejiendo versos que no son míos, aprendiendo a dejar de esperar.

"Lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos" J. Sabina 


Eternal sunshine of the spotless mind
http://www.youtube.com/watch?v=f34oYgz6bGs&feature=related

1 comentario:

Karen Heredia dijo...

Muy frecuentemente las lágrimas son la última sonrisa del amor.