13.11.11

Greguerías

"Un molino es un reloj donde el tiempo pasa volando"  Así comenzaba mi fin de semana en palabras de Eduardo Berti en el Festival Ñ. Aunque he de ser clara , así comenzó porque en ese momento desperté, pero ya llevaba una hora en el Circulo de Bellas Artes acompañada por una de esas personas a las que la vida te pone delante y tienes que agradecérselo porque sabes que de ella, aprenderás mil cosas. Empezado ya llegamos a ver a Agustín Fdez. Mallo quien en unas breves lecturas de sus nuevas obras hizo alusión a los trompetazos de Mile Davis y a los preservativos de mármol. Pero como ya os digo, empecé a dejarme llevar de verdad con Berti porque sin quererlo me vi reflejada (en el espejo de otro tiempo) con un: "carecía de esa mezcla de curiosidad y tesón que necesita cualquier lector" y me propuse encontrarme conmigo misma pero en una versión mejorada: Paula 2.0- actualización. Tras leernos un corto fragmento de su nueva novela comenzó con mis favoritos: las greguerías.  Disfruté como una enana con su "El paraguas es al bastón lo que la mariposa a la oruga" "Graniza porque el cielo se siente libre de culpa" "El barómetro es un termómetro con título de nobleza"...

Antonio Gamoneda después nos deleitó avisándonos que debíamos "advertir la belleza del animal que llora" ; lo que espero y deseo no fuera un guiño a la deleznable y repugnante tauromaquia, de esta forma yo en mi cerebro he adoptado la frase como linda y la he catalogado en el archivador de "antiespecismo: los animales también lloran".  Terminó con un muy seguro "recordad las falsedades de nuestra iglesia, los peldaños que conducen a un lugar que no existe" y me encantó aunque no tenga nada que ver con la denuncia social "incluso yo copulo con tenebrosas flores" 

Más tarde reímos con los diálogos entre Manuel Vicent y David Trueba quienes nos contaron que lo más curioso que hay detrás de los hoteles es la gente que va al suicidio, con muy mala educación y dejándolo todo perdido - y la mayoría de las veces sin pagar -. Un amigo de Trueba se hizo director de hotel y cuando tuvieron uno de estos casos, él entró, cogió la tarjeta de crédito al difunto y se la pasó por caja. Acto seguido se hizo en voz bien alta el símil con la situación financiera de Europa  "oh, este país se ha muerto, espera, vamos a cobrarle primero"
David también nos contó que su hermano, el famoso director de cine, es un comprador compulsivo, que un día pasaron por el Instituto de Consumo y dijo señalando el edificio, "mira ahí estudié yo".
Manuel Vicent nos confesó que nunca escribía de forma que le amargara a nadie un domingo para que luego el lunes no se empezara la semana con mala cara y que además al final de la columna siempre intentaba darle la vuelta al objetivo instándonos a mirar la realidad con otro ojo, preguntándonos siempre el "¿y si esto fuera de otra forma?" Cautivaron e hicieron reir a todo el público con fórmulas sencillas: conversación amena entre dos viejos amigos, extrapolación a la situación social y económica con un poco de humor y frases ya pensadas pero no por ello menos geniales como "¿dónde está el pensamiento entre tanta información?" Cosa que francamente me he preguntado a menudo.

Después de presenciar un par de conferencias, de ver el cielo de Madrid desde lo alto del Círculo y una cervecita bien buena, colofón final (aunque me quedé sin la hamburguesa del ZombieBar) el conciertazo que dió Rodrigo Leao quien me dejó completa e irremediablemente enamorada.  Os dejo una de sus canciones más abajo para que lo disfrutéis aunque no tiene nada que ver con el directo, estos son de los buenos, de los que en directo se crecen. 

Sábado de jornada de socialización con la Isis, rodeadísima de canes (17) gracias a Susana del Grupo Yaakun ¡actividad altamente recomendable para todos aquellos que conviváis con cuadrúpedos!  Cumpleaños en la sierra: sesión de risoterapia con la mejor compañía, hice mi primer pastel vegano al que bauticé como el "matadiabéticos" para celebrar los años de mis flores, momentos que ponen de colofón a un fin de semana de órdago.
  (Y pensar que es en los mejores actos cuando más te echo de menos)


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