18.12.07

Nightmare before Christmas



Se acercan las Navidades, y con ellas la oleada de regalos, comilonas, cenas de empresa, cotillones y colas y más colas en todas partes. La Navidad se celebra desde hace muchos años, pero hay algo importante que pocos ven. ¿Qué se encuentra detrás de todo esto? Numerosos críticos han alzado la voz contra lo que-al contrario de lo predicado-se convierte en una orgía de despilfarro y consumismo.




Sin nada que añadir a esto puesto que no van por ahí los tiros del post, me pregunto si sabeis que la palabra Navidad en caso de poder entenderla, sería la que tiraría abajo la esperanza de seguir respirando de miles de animales.




Pensad por un momento en qué cocina vuestra abuela, o padre, el día de Navidad y demás fiestas familiares. ¿Cordero lechal? ¿Pavo? ¿Gambas? ¿Cochillino? ¿Gulas? ¿Lubina? ¿Langostinos? ¿Ternera?


Pensad en el precioso cachorro que le han traido a vuestra prima estas fiestas. O en el abrigo de visón increiblemente caro y bonito que vuestro abuelo regaló a la abuelita para que no pasara frio y asistiera a la Misa del Gallo con comodidad.

Estas situaciones, con miles de matices, se repiten cada año en cada país, en cada ciudad, en cada casa. Detrás de un "¡Señora, a doce euros el kilo de gambas! Venga que está regalao! hay vidas que se acaban. Y muchos pensaréis que ya estoy con mis sermones de curilla borracho de pueblo pero es que a veces, no pensamos. A veces sólo pegamos la nariz rojísima de frío contra el escaparate y decimos "Mami, quiero ese cachorrito.¿Has visto que monada? " A veces sólo brindamos con cava para empujar el marisco, mientras miras a tu familia y nos sentimos dichosos porque es Navidad.
¿Qué precio le daríais vosotros a la Navidad? ¿Qué precio pagaríais por un rato con vuestros amigos? ¿Ypor unas compras que terminen en risas y comida? ¿Y por pasar un rato con los familiares más olvidados? Impagable...o no.

¿Qué precio creeis que pagáis por las cenas de Navidad? ¿Y ellos? ¿Qué precios creeis que pagan ellos?

A veces estamos tan acostumbrados a la "normalidad" que nos es díficil imaginarnos nuestras vidas sin esa serie de comodidades que la hacen tan confortable. Yo ahora mismo no valoro tanto desde mi posición esta sala de ordenadores en la facultad donde accedo a una educación que una persona que no tiene medios para estudiar. Y así con todo.


Imaginemos que podemos cambiar todo esto. Imaginemos que podemos acabar con las guerras, el hambre en el mundo, con las pesadillas, con Bush, con las cejas arqueadas de Zapatero y las melenas de "Ansar" , con los refugiados, las que sufren de violencia doméstica, los niños abandonados, los viejos olvidados, con la tristeza, con la pesadumbre, la rabia, la violencia, con el calvo de Navidad (que siempre siembra ilusiones y aqui nadie ve un duro), con los accidentes de tráfico, las guerrillas,con las cintas de Camela, las redes de prostitución, la esclavitud... todo eso que cada mañana al poner la radio, o a la noche en la televisión nos revuelve el estómago; hace que nos sintamos unas motas de polvo en todo este caos de mundo, y nos impulsan a perseguir incansablemente nuestros ideales justos y valientes de cambiar el mundo. Los cuales, después de un sueño reparador suelen desvancerse o flaquear, hasta convertise en el mismo polvo del que formamos parte.

Ahora podemos imaginar que no somos misses con el cerebro relleno de silicona pidiendo por la paz mundial e imaginemos, asumiendo la humildad que a veces nos caracteriza , que podemos cambiar pequeñas cosas. Que podemos hacer que ese camino duro y largo, comience por un pequeño paso.
Que podemos canalizar nuestra rabia hacia algo productivo, hacia algo que no nos domine y acabe en un sueño efímero.



Por último me gustaría compartir con vosotros este breve pero increiblemente ingenioso y descarnado relato de alguien que encontré por internet. Espero que os guste. Feliz Navidad







Ganador del tercer trimestre: Patricia Martín López



Hay muchas maneras de morir. La primera vez morirás de pulmonía; eres joven y no conoces el agua. La segunda, por incauto, jugarás con niños y morirás a palos. La tercera, por inexperto, morirás envenenado a manos de tu vecino. La cuarta, por no comer veneno, será de un perdigonazo en la cabeza. La quinta, morirás atropellado en la carretera intentando llegar a algún contenedor. La sexta, morirás en el camión de la basura. Pero de todas las maneras de morir, la peor, sin duda, es la séptima. -¿Cómo es, papá? -preguntaba el gato joven al viejo. -Morirás sin más. -¿Y por qué es la peor? -Porque ya lo habrás aprendido todo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Qué se puede decir de estas fiestas? Que menos mal que terminan pronto y no hay que volver a aguantarlas hasta dentro de casi un año. Porque lo tienen todo, oiga: falsedad, despilfarro consumista, macabros banquetes... todo elevado a su máxima expresión. Mejor será aguantar la respiración hasta que termine.

El relato, muy bonito, sin duda un merecido ganador. Un beso, y feliz cumpleaños (que no te creas que se me olvidó) ;)